Te adoro,
sólo tus abrazos
me alimentan.
Sólo tú tienes
para mi soledad,
palabras que entibias en tu alma;
que se desgranan
como perlas blancas
por los rincones
de mi estancia.
Sólo a ti
te fue encomendado
protegerme...
sacarme de oscuros pozos
donde a veces mi alma se sumerge.
Sólo tú posees
la llave secreta
de mis antojos.
Sólo tú me conoces
hasta lo más hondo.
INGRID ZETTERBERG
Dedicado a mi amado
Camilo Sesto
De mi poemario
"Tu alma y la mía"
Derechos reservados
Safe Creative Cta. 1006080193112
Mes: junio 2021
TU ESPÍRITU INMENSO
Llevabas el olor de la muerte
en aquel abrigo negro
una tarde
en que ofrecías drogas
a jóvenes incautas como tú.
¿Qué será de tu alma pequeña?
Apenas 18 años en tu piel
y las balas hicieron de ti
carne de gusanos.
¡Ay aquella noche!
jovencita de las esquinas sombrías;
la olvidada de tu madre...
paseabas sin rumbo
del brazo de un mal viviente
y te sorprendió
una ráfaga de odio.
Pequeña flor de luto,
ya tu mirada de infinita tristeza,
no roza mis umbrales.
Pálida cual una vela consumida,
reposabas tras los cristales
del oscuro recinto
porque arrancaron tu joven vida.
Niña desolada
hoy te he sentido rodeándome.
Niña olvidada
de aquel barrio de hambre
hoy tuve una visión
de tu espíritu inmenso.
Tu rostro apacible, sonriendo...
agradecías mi oración;
vestías un traje gris
y suavemente, cual brisa de estío,
me tocaste.
No hubo en mí ningún temor;
no fue algún desvarío.
Fue real.
Fue tu alma noble
que me decía que para ti
ya todo estaba en paz.
INGRID ZETTERBERG
Dedicado a Cristina
(Una joven que murió asesinada injustamente)
De mi poemario
"Secretos de mi alma"
Derechos reservados
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PREGUNTAS A MI PADRE
(Aquí estoy con mi papá en el año 1,952)
Ayer 20 de Junio se celebró en Perú el día del padre.
Padre,
¿cuándo fue
la última vez
que me despidieron
tus ojos?
Fue entre una esquina,
y un sol
de media tarde,
ahogándose.
Tus tiernas miradas
amansaban las sombras
que reinaban
en mi alma.
Si te pierdo padre,
¿dónde irá a parar
esta tristeza?
¿En qué oculto callejón
de quebradas losetas,
iré a llorar tu ausencia?
¿Ante qué cerradas puertas?
Es que tus pasos
se han dormido,
y tu abrazo
se detuvo en el inicio
de la nada.
Padre,
¿quién descartó
tu temprana risa
de mis antiguas
lágrimas?
No lo sé.
Hoy sólo yacen
en los escombros
de mi pena,
los geranios rosados
de tu vieja maceta.
Y al pie
de tu enlutada reja,
tus canciones silentes,
y tu relámpago de amor
en notas apagadas.
Padre,
no te vayas,
aún nos queda
una ventana,
grande, iluminada.
Aún tu voz
se acallará
como llanto de niño,
después de elevar
desde las fibras de tu ser
una tonada.
Y para festejar
como siempre
tomaremos un café.
INGRID ZETTERBERG
Dedicado a mi amado papá
en el año 2,009
De mi poemario
"Los girasoles eternos"
Derechos reservados
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CARITA SUCIA
Pequeño mío,
carita sucia de arrabal,
¿quién transformó tu inocencia
en hambre y oscuridad?
Dime, niño de los escombros,
de las casas de tierra y paja,
¿quién despojó de ti la sonrisa
y puso ese peso en tus hombros?
Hace tiempo que te veo
cargando leña
por las calles del pueblo
encorvando tu espalda pequeña.
Niño frágil,
huérfano de madre y de pan
¿cuántos días ruines has pasado
sin abrigo ni hogar?
Invierno sin ilusiones...
pies helados de orfandad,
ropas raídas al viento
llevan tu cuerpecito en soledad.
Quizás en tu mano extendida
más que unas monedas
es amor lo que mendigas
pequeño del arrabal.
INGRID ZETTERBERG
Derechos reservados
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EL DUENDE
Me encuentro caminando por una calle silenciosa y oscura. Voy abstraída en mis pensamientos, y de pronto escucho algo así como un silbido agudo y prolongado. A lo lejos hay un farol encendido, y siento que la curiosidad me atrae hacia aquella esquina, junto a la cual hay un frondoso árbol; al acercarme el ambiente se torna helado, (muy extraño por ser verano), esto me infunde temor; y de pronto alcanzo a vislumbrar una pequeña silueta que estaba escondida detrás del árbol.
Al principio creo que se trata de un niño, pero al instante descarto este pensamiento, ...¡No!...me digo a mi misma, ¿un niño solo en la calle, y a estas altas horas de la noche? ¡Imposible! Al instante puedo ver su figura, está enteramente vestido de rojo, pero lo más impactante es su rostro avejentado y macabro. Enseguida me doy cuenta que se trata de un duende, y me invade una oleada de pavor. Una voz interior me dice: ¡Aléjate y no lo toques! ¡es un demonio! ¡huye!
Entonces salgo velozmente, y cruzo un parque, pero mientras huyo, vuelvo la mirada hacia aquella espantosa criatura, y veo con sorpresa que de aquel árbol cae polvo dorado en abundancia, y ya el duende ha desaparecido.
Tiempo después me entero por medio de los vecinos, que ese parque era llamado: "El parque de los duendes", y que años antes habían sucedido en torno a esa esquina, cosas muy lúgubres; incluso en una ocasión encontraron allí el cadáver de una joven, que extrañamente tenía todo el cuerpo cubierto por un polvo dorado. Entonces comprendo que aquella noche la divina Providencia me había librado de una muerte segura.
INGRID ZETTERBERG
Relato breve
De mi poemario
"Jardines de antaño"
Derechos reservados
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NO QUIERO VIVIR SIN TU VIDA
Hija amada, deja tu puerta entornada para sentir tu fragancia que quedó flotando en el silencio. Hay sólo una oscuridad inmensa en tu recámara donde tu risa se esconde por los rincones olvidados que no palpan tus manos. Tu lamparita es sólo un recuerdo apagado en la noche más amarga donde tu voz no me llama. La ternura de tus alhajeros pintados con arte y tesón, ahí yacen polvorientos, y tu alcancía dibujada con lo poco que quedaba de tu alma de niña, me desgarra el sentimiento. No quiero vivir sin tu vida, no quiero luchar más, ni infundirme fuerzas que no existen en mis días más aciagos, donde faltan tus pasos y abunda tu ausencia. Tu habitación en penumbras emana tristeza. Hay dolor aún en las cortinas que cubren tu ventana, testigo de los años celestes de tu tierna juventud. Hija amada, regresa de tus sueños de grandeza, que han alejado tus pasos de la casa materna. Regresa al amor de mamá, que te espera con la sonrisa desbordada de esperanza y buenas nuevas. INGRID ZETTERBERG Dedicado a mi amada hija Stephanie en el tiempo en que se mudó a vivir lejos de mí. De mi poemario "Por el valle de los aromas" Derechos reservados Safe Creative Cta. 1006080193112
PALABRA EXTRAÑA
¿De qué paz se habla hoy? ¿Qué extraña palabra asoma en los labios del poeta? El viento sopla llevándose años de esperanza; sin clemencia ni perdones y los rostros crispados de amargura y lágrimas van poblando las naciones. Es la vida que va corriendo impetuosa como el viento, que se lleva y arrastra los años perdidos en frustrados intentos de una paz que nunca nos abraza. Y la noche se extiende como turbio río, como un llanto en la oscuridad. ¿De qué paz me hablan hermanos, mientras el feminicidio avanza y miles de niños son abortados? Hay dolor en la tierra fatigada, hay dolor en esas piedras amargas sobre lápidas blancas. Y en las manos huérfanas que están solas cansadas de esperar. La creación gime y se retuerce por la maldad del hombre que ha subido hasta el alma y de sangre no se sacia. No, poetas amigos... no me hablen de paz que ya llevamos siglos en esta espera letárgica; y se hunde el planeta con la mísera humanidad. INGRID ZETTERBERG De mi poemario "Por los bosques del silencio" Derechos reservados Safe Creative Cta. 1006080193112
LO QUE SOMOS
Los poetas somos los luceros de la tierra, que vamos sembrando nuestros apasionados versos que como brasas queman, o como blancos lirios acarician una hora de tinieblas. Los poetas vamos derramando nuestras nostálgicas letras que a veces hacen llorar a las piedras, y vamos por el mundo sin gloria ni pena. Los poetas somos los enviados para obsequiar pedazos de eternidad en cada boca, y mendigar el refugio de un alma que guarde nuestras estrofas. Los poetas somos los cantores que llevamos la alborada a los más oscuros rincones; y en silencio vamos regalando música donde antes habían dolores. Somos los elegidos del sendero para hacer soñar con nuestros versos a aquel que está vacío de amores. Somos los solitarios del destino, que como aves blancas conocemos el áureo camino que conduce hacia la aurora. INGRID ZETTERBERG De mi Libro "Por los bosques del silencio" Derechos reservados Safe Creative Cta. 1006080193112
¡DULCE PROTECTOR!
Allá te veré
entre azules flores
que el tiempo derramó.
Allá
donde no existen
más lágrimas,
donde nuestro amor casto
será probado en un crisol.
Porque nada hay más puro
que lo espiritual,
lo que nace de un capullo;
pacto de almas que jamás se quebró.
No volveré a sentir
este hondo vacío,
porque ya no habrá separación.
Amado,
abre tu pecho
para en él cobijar mi sien,
mira que ya va oscureciendo
y se acrecienta mi dolor.
Allá te veré
cuando acaben mis días
porque en la eternidad
tú serás mi bebida
y mi porción.
¡Oh mi dulce protector!
INGRID ZETTERBERG
Dedicado a mi amado Camilo Sesto
De mi poemario
"Joyas de mi alma"
Derechos reservados
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EL MILAGRO
Como luciérnagas
vienen a iluminar mi noche.
En tropel como gigantes,
como luceros
del antiguo Belén.
Cual luchadoras invencibles
de un batallón armado;
vienen creciendo desde lejos,
se hacen grandes y numerosas,
destilando óleo fragante.
Poderosas como un ejército
invaden de pronto las palabras
mi desierto.
Y yo me entrego,
me rindo y me sumerjo
en ese torrente apacible,
que me cubre
de aguas y aromas.
INGRID ZETTERBERG
Dedicado a la poesía
De mi poemario
"La poesía es música"
Derechos reservados
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