CARACOLAS DORMIDAS
Quería decirte hijita amada,
de tus tiernas caracolas
y tus piedrecillas blancas,
que me regalaste silenciosa
una tarde melancólica.
♥♥♥♥♥♥♥
Caracolas dormidas
que se parecen a tus ojos.
Piedrecillas blancas
de tu playa
donde pasean tus pies sigilosos.
♥♥♥♥♥♥♥
Aquí están salpicadas
de tu dulzura
frente a mis lágrimas,
que sólo saben decirte:
«Gracias por amarme».
Dedicado a mi amada hija Natalie
De mi poemario
«Por el valle de los aromas»
Derechos reservados
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Año 2,012