Otoño caminante….(Soneto melódico)

 

Otoño caminante

OTOÑO CAMINANTE

(Soneto melódico)

Llegarás a mi vera, oh embeleso,

siendo otoño de brumas y letargo

que amodorras mi ser y sin embargo

te recibo en mis brazos con un beso.

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Caminante de Mayo, te confieso

que este sol me fatiga y es amargo

y que fresca es la brisa que te encargo

me devuelvas otoño a tu regreso.

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Otoñales y pardas hojas lucen

al final en su magia aquellos prados.

Armonía y solaz allí seducen.

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Renacer de alegrías se producen

al trinar de los pájaros dorados

que hacia huertas y valles me conducen.

De mi poemario

«Por la ruta de la poesía clásica»

♥♥♥♥♥♥♥

Derechos reservados

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Siluetas otoñales…(Rima jotabé melódico)

SILUETAS OTOÑALES

(Rima Jotabé melódico)

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Violinista inspirado en el amor

el otoño te trajo en su candor.

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En el viento cayeron desmayadas,

amarillas y ocres las ajadas

hojas tristes con llanto fusionadas,

sin embargo por ti fueron amadas,

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pues formaron siluetas que en alegre

y sutil coqueteo quizás logre

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arrancarte tristezas y dolor

con su danza y cadencia tan preciadas,

porque llevas la música en la sangre.

De mi poemario

«Por la ruta de la poesía clásica»

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Derechos reservados

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Adolescencia…(Dueto con Juan Ramón Jimenez)

ADOLESCENCIA

(Dueto entre Juan Ramón Jimenez e Ingrid Zetterberg)…Romance…

En el balcón, un instante

nos quedamos los dos solos.

Desde la dulce mañana

de aquel día, éramos novios.

El paisaje soñoliento

dormía sus vagos tonos,

bajo el cielo gris y rosa

el crepúsculo de otoño.

Le dije que iba a besarla;

bajó, serena, los ojos

y me ofreció sus mejillas,

como quien pierde un tesoro.

Caían las hojas muertas,

en el jardín silencioso,

y en el aire erraba aún

un perfume de heliotropos.

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No se atrevía a mirarme;

le dije que éramos novios,

y las lágrimas rodaron

de sus ojos melancólicos.

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Si, lo recuerdo también,

los dos en ese balcón

mirándonos a los ojos;

tu dulzura en mi caló.

Era una tarde otoñal

bajo un cielo tornasol.

Así lo sintió mi alma

plena de sublime amor.

Mas francamente era tímida

cuando tu ser me abrazó;

me ofreciste un dulce beso

y yo escondí mi pasión.

Desmayaba de los árboles

el verdor que antes nació

y tú y yo, ya éramos novios.

Se oyó un pájaro cantor

entonar su melodía

y la emoción me invadió.

♥♥♥♥♥♥♥

No me atrevía a mirarte:

sollozo de mí salió;

te negué mi boca fresa

mas te amaba con ardor.

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Ingrid Zetterberg – Juan Ramón Jimenez

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De mi poemario

«Por la ruta de la poesía clásica»

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Derechos reservados

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Árbol manso

ÁRBOL MANSO

Otoño,

llegas tarde.

Ya mi ansia

de ti

se ha dormido.

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Derrumbado fuiste

por el viejo invierno,

que cayó

sobre ti

como un llanto.

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Solías traerme

flores

recién cultivadas,

arrancadas del sueño.

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Fuiste alto fruto

iluminado

en mi sendero.

♥♥♥♥♥♥♥

Árbol manso

y amigo

en diálogo íntimo

con mis versos.

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Pero llegas

sin voz,

a este Agosto

duro de lluvia

y grisáceo.

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Llegas solo

y hambriento

a morir

en mis brazos.

De mi poemario

«Los girasoles eternos»

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Vana tinta

Penumbra de los libros
que nada dicen,
que nada son.

¡Y hemos perdido tanto!

Son palabras muertas,
tinta vana
que se secó en el umbral
del alma.

Como dictadas
por ojos fieros,
que nos miran ocultos
desde adentro.

Por tanto, no sacian.
No logran entrar
en los vacíos sedientos.

Metáforas que no alumbran,
sin forma, sin color,
que no dejan huella
ni sensibilizan al lector.

Yo busco
los frutos dulces,
que dejaron caer
los caminantes
formados en luz.

Yo busco los vocablos
que lloran al otoño
en su inminente adiós.

Los versos tibios
que endulzan el azul
con sutilezas.
Los poemas escritos
con lágrimas,

Yo busco el sendero
que formaron al andar
los poetas del crepúsculo,
los que escribieron
con el alma...

Los que esparcieron
música,
los que dejaron
dolor y paz
para alimentar.

INGRID ZETTERBERG

De mi poemario
"Fragancia espiritual"

Derechos reservados

Ángel mío

ÁNGEL MÍO

Volverá el otoño

como un ángel

de paz

a guardar sus auroras

en mi alma,

y me besará las manos.

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Volverá como un hijo

a nacerme de nuevo,

y el verano

será siempre

dulce oración de otros labios.

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Beberé en su fuente

sus atardeceres encumbrados,

y arrojaré de mi ser

todos los soles,

todos los relojes tiranos.

De mi poemario

«Los girasoles eternos»

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Pobreza

POBREZA

Hay sólo pobreza

en el jarrón

de flores ausentes.

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Y el otoño de pálido rostro

va tocando

puertas y ventanas,

buscando albergue.

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Visión de espanto

entre el viento y el hambre

de los atardeceres.

♥♥♥♥♥♥♥

Pájaro gris

que aún picoteas los umbrales,

pájaro ciego que buscas a tientas

unas migajas miserables.

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Escaseó el pan de los viejos,

aquel que las encías desnudas

iban desmenuzando.

Pajarito visitante,

ya no hay nada para darte.

♥♥♥♥♥♥♥♥

Una mosca dulzona

ronda el jarrón sin flores;

agua estancada que hiede.

Pobreza en los rincones.

De mi poemario

«Fragancia espiritual»

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Derechos reservados

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Cuando vuelvas otoño

 

CUANDO VUELVAS OTOÑO

Desde este cuerpo

donde habito,

te veo pasar otoño,

¡tan lejos!

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Y yo me voy detrás de ti

como pájaro hambriento,

recogiendo las migajas

que me dejas.

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Te vas callado

como una tarde,

y yo sé que conoces

mi tristeza,

y adivinas mi llanto

en las ventanas

de este mayo que regresa.

♥♥♥♥♥♥♥

Y en los giros 

misteriosos del tiempo,

tú y yo estaremos

esperándonos.

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Y habrán nuevos senderos

cuando vuelvas,

y nos iremos con Cristo

(mi dulce pan),

y estos versos amargos.

De mi poemario

«Los girasoles eternos»

Derechos reservados

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En el susurro de sus hojas

EN EL SUSURRO DE SUS HOJAS

Nada hay

que hable a mi alma

sobre aquel reino

de donde yo vengo

y hacia donde yo voy.

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El otoño

ha callado para mí

su música,

y en esta noche lo busco.

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Su camino

olvidaron mis pasos,

camino de bancas vacías,

camino cerrado.

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Las hojas secas

ya no existen.

Y no han vuelto mis pies

sobre sus antiguos charcos.

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Los días se repiten

inutilmente, sin amor…

y este sol injusto

no deja entrar al otoño

en mi canción.

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Mañana sentiré

al otoño llegar

en el gallo azul

que canta, madrugador.

♥♥♥♥♥♥♥

Mañana sentiré

al otoño llegar

en el silbato

de aquel tren lejano

de mi infancia.

♥♥♥♥♥♥♥

Y me recordará

la música del cielo;

y se colará en mi alma

como la lluvia.

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Y porque entiende mis secretos;

y conoce mi corazón,

en el susurro de sus hojas

me hablará de Dios.

♥♥♥♥♥♥♥

Y conoceré en un instante

sobre aquel reino

de donde yo vengo,

y hacia donde yo voy.

De mi poemario

«El azul de la vida»

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Petalito

Me he de quedar a tu lado, petalito, para besar tu sonrisas,para verte ascender un día en el árbol alto de la vida.
Y en un sollozo ahogaré mi sed de otoño; y le diré al silencio de mayo que me espere recostado suavemente en un simple recodo del tiempo. 
Petalito mío, no te faltarán mis brazos.

INGRID ZETTERBERG

Dedicado a mi amada hija Natalie cuando tenía 1 año de edad en 1,985

De mi poemario
"Jardines de antaño"

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