Adolescencia…(Dueto con Juan Ramón Jimenez)

Adolescencia

ADOLESCENCIA

(Dueto entre Juan Ramón Jimenez e Ingrid Zetterberg)…Romance…

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En el balcón, un instante

nos quedamos los dos solos.

Desde la dulce mañana

de aquel día, éramos novios.

El paisaje soñoliento

dormía sus vagos tonos,

bajo el cielo gris y rosa

el crepúsculo de otoño.

Le dije que iba a besarla;

bajó, serena, los ojos

y me ofreció sus mejillas,

como quien pierde un tesoro.

Caían las hojas muertas,

en el jardín silencioso,

y en el aire erraba aún

un perfume de heliotropos.

♥♥♥♥♥♥♥

No se atrevía a mirarme;

le dije que éramos novios,

y las lágrimas rodaron

de sus ojos melancólicos.

♥♥♥♥♥♥♥

Si, lo recuerdo también,

los dos en ese balcón

mirándonos a los ojos;

tu dulzura en mi caló.

Era una tarde otoñal

bajo un cielo tornasol.

Así lo sintió mi alma

plena de sublime amor.

Mas francamente era tímida

cuando tu ser me abrazó;

me ofreciste un dulce beso

y yo escondí mi pasión.

Desmayaba de los árboles

el verdor que antes nació

y tú y yo, ya éramos novios.

Se oyó un pájaro cantor

entonar su melodía

y la emoción me invadió.

♥♥♥♥♥♥♥

No me atrevía a mirarte:

sollozo de mí salió;

te negué mi boca fresa

mas te amaba con ardor.

♥♥♥♥♥♥♥

Ingrid Zetterberg – Juan Ramón Jimenez

♥♥♥♥♥♥♥

De mi poemario

«Por la ruta de la poesía clásica»

♥♥♥♥♥♥♥

Derechos reservados

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El viaje

El viaje (1)

EL VIAJE

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Mi refugio será

el vientre de un pájaro

para volar.

♥♥♥♥♥♥♥

Y cruzaré mares,

islotes lejanos

y ciudades.

♥♥♥♥♥♥♥

Me alumbra ya un sol

de emociones.

Me esperan Verona,

Salzburgo, Roppenheim…

y quiero ya perderme

en sus siglos de historia.

♥♥♥♥♥♥♥

Senderos de montaña,

luminosas vías;

Lago di Garda…

balcones del romance;

espléndidas aguas,

anhelo ya sumergirme

en ese azul que me llama.

♥♥♥♥♥♥♥

Sé que volveré plena,

con el alma prendada

de valles y florestas;

de colores nuevos, de fragancias.

Y saboreo ya mis sueños,

mientras se acerca esa mañana.

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De mi poemario:

«Poemas de terciopelo»

♥♥♥♥♥♥♥

Derechos reservados

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Nota: Amigos estimados de WordPress….hoy me voy a Europa desde mi país sudamericano….me voy a visitar a mi hija Claudia y a mi nieto Adriancito que viven en Alemania, y es muy probable que no tenga tiempo de publicar más poemas hasta dentro de 15 días en que regrese. Les dejo a todos mi abrazo. 

No te dejaré

No te dejaré

NO TE DEJARÉ

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No te dejaré morir.

Vivirás en mí

como un sol apagado,

como un ocaso

en el horizonte de mi vida.

♥♥♥♥♥♥♥

Vivirás como una peregrina

que regresa

por los abruptos senderos,

que cobijan los árboles

y el viento.

♥♥♥♥♥♥♥

Mas no te dejaré morir.

Colocaré en el umbral

un pocillo de agua

para tu sed de viajera,

o sed de pájaro que emigra.

♥♥♥♥♥♥♥

Pero no te dejaré morir.

Estarás como una flor

escondida en mis cabellos,

con el lila de tus pétalos

y la fragancia del silencio.

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Dedicado a la poesía

De mi poemario

«Por el valle de los aromas»

♥♥♥♥♥♥♥

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Anhelo de libertad

Anhelo de libertad

ANHELO DE LIBERTAD

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Quisiera ser

rama sencilla

en la paz

del viento,

sin que nadie

me dañe.

♥♥♥♥♥♥♥

Quisiera ser

pájaro

inocente, y ajeno

a la dureza

de la vida;

delicado y sumiso

en la muerte.

♥♥♥♥♥♥♥

Quisiera ser

hoja

elevada y taciturna,

mecida por el soplo

de la tarde,

con la belleza

del reflejo de las aguas.

♥♥♥♥♥♥♥

Hoja,

pájaro silvestre

o fructífera rama,

hoy quisiera

vuestra rotunda

libertad.

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De mi poemario

«Los girasoles eternos»

♥♥♥♥♥♥♥

Derechos reservados

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Pobreza

Pobreza 2

POBREZA

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Hay sólo pobreza

en el jarrón

de flores ausentes.

♥♥♥♥♥♥♥

Y el otoño de pálido rostro

va tocando

puertas y ventanas,

buscando albergue.

♥♥♥♥♥♥♥

Visión de espanto

entre el viento y el hambre

de los atardeceres.

♥♥♥♥♥♥♥

Pájaro gris

que aún picoteas los umbrales,

pájaro ciego que buscas a tientas

unas migajas miserables.

♥♥♥♥♥♥♥

Escaseó el pan de los viejos,

aquel que las encías desnudas

iban desmenuzando.

Pajarito visitante,

ya no hay nada para darte.

♥♥♥♥♥♥♥♥

Una mosca dulzona

ronda el jarrón sin flores;

agua estancada que hiede.

Pobreza en los rincones.

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De mi poemario

«Fragancia espiritual»

♥♥♥♥♥♥♥

Derechos reservados

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Cuando vuelvas otoño

 

Cuando vuelvas otoño (1)

CUANDO VUELVAS OTOÑO

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Desde este cuerpo

donde habito,

te veo pasar otoño,

¡tan lejos!

♥♥♥♥♥♥♥

Y yo me voy detrás de ti

como pájaro hambriento,

recogiendo las migajas

que me dejas.

♥♥♥♥♥♥♥

Te vas callado

como una tarde,

y yo sé que conoces

mi tristeza,

y adivinas mi llanto

en las ventanas

de este mayo que regresa.

♥♥♥♥♥♥♥

Y en los giros 

misteriosos del tiempo,

tú y yo estaremos

esperándonos.

♥♥♥♥♥♥♥

Y habrán nuevos senderos

cuando vuelvas,

y nos iremos con Cristo

(mi dulce pan),

y estos versos amargos.

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De mi poemario

«Los girasoles eternos»

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Derechos reservados

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El lado oscuro de la mujer

El lado oscuro de la mujer (1)

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EL LADO OSCURO DE LA MUJER

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Oh mujer, que fuiste creada

para dar vida, y sanar el dolor

con ese don maternal

que fue sembrado en ti

como una semilla del más puro amor;

con la esperanza

de que fuera creciendo

hasta llenar tu seno palpitante,

cual una flor.

♥♥♥♥♥♥♥

Esa es la faceta de luz

que se fue apagando en ti;

cuando descubriste en plena juventud

tus pechos turgentes

y la curva de tus caderas;

mientras lo angosto de tu cintura

cimbreabas ante los hombres

que pasaban por las aceras.

♥♥♥♥♥♥♥

Oh mujer, que vendiste tu cuerpo

por unas tristes monedas

y ofreciste tu desnudez

a hombres insanos

sedientos de lujuria y de placer.

♥♥♥♥♥♥♥

Pero nunca pensaste

que fruto de aquella desfachatez

albergarías en tu vientre

a un inocente ser;

que venía de lejanas constelaciones

a anidar en secreto

en lo hondo de tu cuerpo.

♥♥♥♥♥♥♥

Y la voluntad del Creador

fue tejiendo en silencio

sus diminutos ojos

y las manitos más tiernas

en el nido acuoso de tu matriz.

♥♥♥♥♥♥♥

Pero tú, oh mujer,

insensible a su incipiente vivir,

y sus suaves latidos

lo arrancaste de ti;

por el solo anhelo

de conservar la efímera forma

de tus curvas voluptuosas.

♥♥♥♥♥♥♥

Y no tuviste piedad

de aquel hijo inocente,

que en tu vientre empezaba a latir.

Y le negaste para siempre

tu regazo de madre

y la caricia de tus besos de miel.

♥♥♥♥♥♥♥

Nunca sabrás que regalo traía

en sus pequeñas manos,

ni rodearán jamás tu cuello

sus bracitos pequeños.

Porque lo arrojaste de tu seno,

y regresó por la ruta azul

de los angelitos buenos

como un pájaro aturdido

a contarle a Dios

que anhelaba tu regazo

y que tú le negaste

tu maternal amparo.

♥♥♥♥♥♥♥

Pero, oh mujer,

pasarán los años

y verás decaer la flor de tu juventud;

y el cuerpo que tanto apreciaste

se tornará fláccido

y las arrugas marcarán tu frente

y las canas poblarán tus sienes,

porque habrás llegado a la senectud.

♥♥♥♥♥♥♥

Pero jamás olvidarás a aquel hijo

cuando veas el rostro de algún niño;

y serán vanas las lágrimas

que derrames por el camino;

♥♥♥♥♥♥♥

porque habrá llegado tu vejez

y te temblarán las manos

y serán frágiles tus pasos;

y entonces muy tarde comprenderás

que te hace falta ese hijo

y el apoyo amoroso de su brazo.

Del poema El lado oscuro de la mujer

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De mi poemario

«Por los bosques del silencio»

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