
¡Cuánto sufre el poeta! La vida se le va en cada verso... su alma oscila entre letra y letra, suspirando. Y quiere dejar su legado como un puñado de pétalos, para que el viento lo recoja y golpee cada puerta o penetre por las ventanas de algún amargo silencio. Y agoniza en anhelos y a veces no encuentra un alma donde abrigar sus versos. El poeta sufre cuando nadie lo entiende y no sabe porqué le fue dado ese don. Se llevará sus poemas hacia el misterio; sin pena ni gloria cruzará el sendero hacia lo desconocido, lo eterno. INGRID ZETTERBERG De mi poemario "Tu alma y la mía" Derechos reservados Safe Creative Cta. 1006080193112