Hay amores que ya no regresan. Se hunden solos en el cieno. Costumbre es lo que queda, que es igual a soledad. Y llegó la vejez entre amarguras. Y el "amor" fue sólo una palabra de cuatro inútiles letras. Flor deshojada llevada por el viento. Ya los hijos crecieron y somos como sombras funestas vagando por la casa, vacíos de esperanza. Mas ya nada importa, ambos nos dimos la espalda. INGRID ZETTERBERG De mi poemario "Amaneciendo entre lirios" Derechos reservados Safe Creative Cta. 1006080193112